Mirando ingenuo el calendario,
Soplan en mi oído voces inocentes.
El tiempo vuelve a estar escrupulosamente ordenado,
Vuelve a sacudirte impaciente de un sueño profundo.
Imaginando batallas quijotescas,
Me armo de fuerzas invisibles.
Hoy es fuerte el deseo de sentirme útil,
Como el mar abrazando la arena,
Y las gaviotas, pacientes, en su espera rutinaria.
Las semanas se transforman en papeles evidentes,
Que certifican el río de un esfuerzo exhausto.
No quiero que la pereza hunda mi proyecto,
Ni que una aguja egoísta hiera el futuro.
Es necesario asegurar el pan y el agua,
Pues existen pozos oscuros que inquietan.
Hacía falta sentir necesidad de lo diario,
Sufrir con incertidumbre el fin de un mes cruel.
Todo era difícil antes, cuando el salario,
Compañero obligado, era cómplice del hambre.
Ahora viaja entre nosotros un joven respiro,
Y le acompaña una lluvia de sonrisas.
El trabajo, un lago de optimismo.
4 comentarios:
Me apreció estupendo el poema, en especial el final. No podría haber quedado mejor.
Como ves, vuelvo a merodear por aqui. Si no te importa que lo haga, me tomo la libertad de agregarte a mi lista de blogs.
¡Un saludo!
Claro que no me importa, es más, te lo agradezco!Me alegro que te guste. Pronto haré una nueva visita a tu blog. Un saludo!
Buen poema, camarada!
Se agradece el tono de optimismo final...
Me parece muy interesante que existan blogs como el tuyo donde se pueda pensar hacer del mundo literario. Nos estamos viendo.
http://sietesirenasvasaquererpecar.blogspot.com/
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