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jueves, 18 de diciembre de 2008

Maltrato

Hoy bailo entre lamentos estériles,

como el lobo que camina entre hojarasca,

como la aguja cómplice de tus acciones,

cuando un grito anunciaba tu calvario

y el temor presagiaba una fuente de humo.

Tú tenías miedo a ceder tus rodillas,

mientras el suelo se enamoraba de la sangre.


El hogar se ha transformado en tu tormenta.

Siempre pediste ahogada en emociones

las sonrisas sinceras de una hiena saciada.

Nadie dijo que el anillo no rompía falanges.

Hoy ha roto más que un simple despertar.


Era necesario escuchar latidos en el pozo,

incrédulo ante el puño ejecutor de una desgracia.

Parece furioso en su lecho insólito de mentiras

el amargo teatro que hoy conviertes en real.


Hoy es justo inventar la justicia,

Y empuñar sin herir la tabla de la ley

la misma arma que tú hiciste probar en su cuerpo,

Aquel con el que firmaste una tregua efímera.

2 comentarios:

weiss dijo...

Buenas, Ciudadano88. Oye, pues ¿sabes qué? Que me ha gustado este texto, lo veo muy bien logrado, me ha gustado mucho y eso que todo se ponía en su contra (con respecto a mi valoración): en general no me gusta la poesía, luego ya es un gran paso. Y en particular no me gustan las historias políticamente correctas, de ésas lacrimógenas y sensibleras protagonizadas por dulces abuelitas que han sufrido la posguerra sacando adelante a su humilde pero honrada familia, por inmigrantes de noble espíritu que sufren el rechazo de los pérfidos y arrogantes occidentales, por pobres a los que la sociedad ha condenado a la marginación pese a rebosar una belleza interior y unas virtudes inigualables... En fin, el tipo de historias que piden en los certámenes organizados por organismos de la Junta, tú sabes. Pero vaya, que éste me ha gustado, aún no me lo explico...

Un saludo

Rafael Ayerbe dijo...

me alegra que, pese a todos esos contras que dices, te guste, ¿es buena señal no? jaja
Un saludo