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viernes, 12 de diciembre de 2008

Lamento estéril

Todo parecía volver a una rutina desgastada. El frío acechaba detrás de la puerta, ansioso por enmudecer mis primeros suspiros. El viento se colaba entre el algodón de una camisa deshilachada. Mientras caminaba lamentando cada paso que daba, el sol hacía su particular y aburrida puesta en escena. Intentaba eludir que el invierno me robase mi sonrisa más sincera. La oscuridad, fiel amiga del miedo, ocupaba ansiosa la ciudad de las estrellas. Todo y cuanto podía observar desde mi celda se escapaba a mi alcance. Mi libertad la definían cuatro paredes, que formaban una estrecha amistad con barrotes desgastados. No existía día en que no me lamentara de aquel error. Una equivocación que rompió mi verdadera rutina: mi esposa y mis dos hijas.

4 comentarios:

Ángel Vela dijo...

Curioso texto, y creo que conozco al protagonista, jajajaja

Decirte que, en lo que a prosa se refiere, es el que más me gustó de los que te llevo leido ;)

Venga un abrazo. Nos leemos ;)

PD: ¿has mando algo para el blog de Sevilla escribe? Si aceptas sugerencias, yo mandaría este y el del violín :)

Rafael Ayerbe dijo...

Cuando tenga el mail de Canijo le mando un par de ellos, y un poema que escribí recientemente.Saludos

Ángel Vela dijo...

¿Para que quieres el mail de Canijo?

Tienes acceso al blog. Solo tienes que entrar y dejar tus textos en borrador, y ya se ocupan de programarlos.

Eso sí, si lo tienes maquetado y con foto le pones delante del titulo (listo) y no te cortes por mandar, que la idea es dejar programado con tiempo.

Venga lo dicho, nos leemos ;)

Rafael Ayerbe dijo...

Ah vale...perfecto